Rosácea – Tratamiento y Diagnóstico

La rosácea es una afección crónica de la piel que se manifiesta con enrojecimiento, sensibilidad y, en algunos casos, pequeños vasos sanguíneos visibles. Su tratamiento varía según el grado de severidad e incluye opciones tópicas, orales y procedimientos en consulta. Entre estos, la luz intensa pulsada (IPL) es una de las terapias más efectivas para reducir el enrojecimiento y mejorar el aspecto de la piel, ayudando a minimizar los vasos sanguíneos dilatados.

Estos son Nuestros Resultados 

¿ Cuáles son los síntomas más frecuentes de la rosácea?

 

Enrojecimiento facial: La piel del rostro puede ruborizarse con facilidad y, con el tiempo, el enrojecimiento puede volverse persistente. Según el tono de la piel, puede percibirse como un tono rosado, rojizo o incluso violáceo.

Vasos sanguíneos visibles (telangiectasias): Los pequeños vasos sanguíneos de la nariz y las mejillas pueden dilatarse y hacerse más visibles, formando lo que se conoce como arañas vasculares. Su apariencia varía según el color de la piel, pudiendo ser sutiles o más evidentes.

Brotes e inflamación: Muchas personas con rosácea desarrollan protuberancias similares al acné, que en ocasiones pueden contener pus.

Sensación de calor y sensibilidad: La piel afectada puede sentirse caliente al tacto y ser más sensible de lo habitual.

Síntomas oculares: La rosácea puede afectar los ojos, provocando sequedad, irritación e hinchazón en los párpados. Esta condición, conocida como rosácea ocular, puede presentarse antes, después o al mismo tiempo que los síntomas en la piel.

Engrosamiento de la piel en la nariz: Con el tiempo, la rosácea puede provocar un engrosamiento progresivo de la piel de la nariz, dándole un aspecto más voluminoso. Esta condición, llamada rinofima, es más frecuente en hombres.

¿Cómo tratamos la rosácea?

Medicación oral: En casos moderados a severos, los tratamientos orales pueden ayudar a controlar los brotes y reducir la inflamación de manera efectiva.

Tratamientos tópicos: Existen cremas y geles específicos que ayudan a disminuir el enrojecimiento y la inflamación, formando parte de una rutina de cuidado facial adaptada a la piel con rosácea.

Luz Pulsada Intensa (IPL): Este tratamiento en consulta médica ayuda a reducir el enrojecimiento, minimiza la apariencia de los vasos sanguíneos dilatados y mejora la textura de la piel.

Hidratación intensiva: Mantener la piel bien hidratada con productos específicos para piel sensible es fundamental para aliviar la tirantez y reforzar la barrera cutánea.

Protección solar: El uso diario de protector solar de amplio espectro (FPS 50+) es esencial para prevenir la irritación y el empeoramiento de los síntomas. Se recomienda reaplicarlo cada 2-3 horas, especialmente si se está al aire libre.

En nuestra consulta, diseñamos un plan de tratamiento personalizado para cada paciente, con el objetivo de controlar los síntomas y mejorar la salud de la piel a largo plazo.

Nuestra consulta de medicina estética se encuentra dentro de la Fundación Jiménez Díaz, lo que garantiza que todos nuestros tratamientos están respaldados por un entorno hospitalario seguro y de confianza. Conoce más sobre nuestros servicios de medicina estética visitando la página de la Fundación Jiménez Díaz.

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