El final del verano suele dejar recuerdos imborrables… y también alguna huella en la piel. La exposición solar intensa, lejos de ser la añoranza de un viejo amor estival, se convierte en un mal sueño cuando aparecen esas manchas oscuras que apagan el rostro y restan uniformidad al tono. Aparecen frente al espejo un septiembre y se convierten en la búsqueda de una solución eficaz que prometa recuperar la frescura de la piel.
Una de las técnicas más recomendada para eliminarlas es la luz pulsada intensa o IPL. Este tratamiento utiliza la energía de luz que penetra en la piel, luz que tiene afinidad por el exceso de pigmento, aclarando progresivamente las manchas solares. Pero sus beneficios no terminan ahí. El IPL mejora la luminosidad, unifica el tono y suaviza la textura cutánea. Además, estimula (en cierta medida) la producción de colágeno, logrando una piel más firme y rejuvenecida. Incluso puede tratar pequeñas rojeces y vasos dilatados, por lo que se convierte en una herramienta muy completa para quienes desean un rostro más uniforme y saludable.
Las sesiones de IPL son rápidas, seguras y apenas requieren recuperación, lo que permite volver a la rutina habitual de inmediato. Normalmente, se indican varias sesiones para alcanzar resultados óptimos, pero siempre debe ser bajo supervisión médica. En el Servicio de Medicina Estética de la Fundación Jiménez Díaz aplicamos la tecnología IPL como parte de protocolos personalizados, diseñados para cada paciente.
Nuestro objetivo es no solo eliminar las manchas propias del verano, sino también devolver a la piel su vitalidad y resplandor natural.
Las manchas hay que tratarlas en otoño
En resumen, el IPL es mucho más que un tratamiento contra las manchas: es el aliado perfecto para empezar el otoño con un cutis luminoso, uniforme y rejuvenecido. Además, este procedimiento se adapta a diferentes tipos de piel y necesidades estéticas, lo que lo convierte en una opción versátil para hombres y mujeres por igual.
Gracias a su tecnología avanzada y a la experiencia médica, es posible abordar múltiples preocupaciones cutáneas en una misma sesión, optimizando tiempos y resultados. Así, el paciente no solo experimenta una mejora visible en su piel, sino también un impulso en su bienestar general y confianza personal.
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