Exploramos las diferencias
El láser y la luz pulsada (IPL) son dos dispositivos completamente diferentes con usos y aplicaciones distintas.
En primer lugar, se diferencian en el tipo de energía que utilizan. El láser emplea calor para estimular la síntesis de colágeno, siendo ideal para tratar problemas de textura y calidad de la piel.
Por otro lado, la luz pulsada intensa se utiliza para tratar manchas en la piel de color marrón o rojo. Esta luz tiene afinidad con los pigmentos de la piel, lo que permite homogeneizar el tono cutáneo, mejorar su apariencia y hacer que luzca más bonita, uniforme y luminosa.