Conoce las diferencias y cómo puedes tratarlas

Podemos distinguir las arrugas según su origen y cómo se manifiestan en el rostro, al igual que la manera de hacerles frente.
 
Las arrugas son una parte natural del proceso de envejecimiento de la piel. Nadie se libra de ellas y, aunque la genética influye, tarde o temprano aparecen esos surcos más o menos profundos en el rostro, que evidencian el paso del tiempo. Dicho así resulta hasta poético, aunque su presencia y la forma que adoptan, también habla del estado de salud de nuestra piel, de ahí que hayan aparecido gran cantidad de tratamientos y productos para combatirlas y, si no eliminarlas, al menos suavizarlas.

La arruga es bella, aunque también puedes alisarla

Las arrugas son una de las principales preocupaciones de los pacientes, de hecho, “ocupan gran parte de nuestras consultas de Medicina Estética en la Fundación Jiménez Díaz”., señala la Dra. Victoria Trasmonte. “Nuestro objetivo se centra en promover la belleza natural basándonos en la prevención, poniendo en práctica técnicas que respeten los gestos, sin cambiar la expresión y siempre eligiendo productos de última generación con gran resistencia y capacidad de adaptación a los tejidos. Este es, en resumen, nuestro sello de calidad”.

La buena noticia es que, gracias a los avances tecnológicos, se pueden tratar las arrugas según su origen y enfocar los diferentes tratamientos en función de cómo queramos acompañar ese paso del tiempo, para que la imagen que vemos en el espejo refleje cómo nos sentimos por dentro.

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